II Campeonato americano de la CAN-AM (1967) reservado a las biplazas de Grupo 7. Un certamen plagado de manufacturas artesanales que concurren junto a los tradicionales McLaren (y sus coetáneos, los McLaren-Elva), Lola, Chaparral o Ferrari. La relación es interminable (injertos, versiones, motores y cilindradas) para un conjunto de máquinas muy frágiles aunque ostentosas y con grandes dosis de inventiva y creatividad: Platypus-Oldsmobile 4.0, Cherokee-Ford MK.1/4.2, Hamill-Chevy SR-3, Genie-Chevy Mk.10/5.4, Mirage-Chevy Mk.1/6.0, McKee-Chevy Mk.7 (motorizaciones de 5.4 y 6.3 litros), Matich-Repco Brabham SR3/4.3, Webster-Chevy 5.0, Caldwell-Chevy D7/6.0, Honker-Ford II/5.7… En la imagen, el Shelby King Cobra-Ford T10 (al volante, su piloto titular, Jerry Titus), una biplaza amarillo-limón del equipo de Carroll Shelby (“Shelby American Racing Co.”) diseñada a Grupo 7 por Len Terry, durante la disputa del “Grand Prix Los Ángeles Times” (Riverside). Titus adapta un propulsor V8 Ford Weslake 289 de 5.7 litros (4 Weber dobles) que le garantizan 435 CV para 650 kilos pero en Riverside abandonaba en la 3ª vuelta (bomba de la gasolina). La adaptación de motores de 6.1 y 6.4 litros (capaces de desarrollar los 520 CV) resultó infructuosa en las otras dos carreras en donde Titus compitió con su estilizado King Cobra: Laguna Seca (accidente) y Las Vegas (problemas de suspensión y accidente). Tras sopesar los resultados, Shelby abandonó la modalidad (pese a los atractivos premios en metálico, su original punto de mira) y optó por consagrarse en otros menesteres más fiables.
Texto información Antonio De Leon Evora.