Fue un piloto italiano especializado en pruebas de resistencia de carreteras y, como todos los de su generación, afectados por la Segunda Guerra Mundial. En 1938 se adjudicaba, por vez primera, las míticas 1000 Millas de Brescia y en 1939 la XV Coppa Acerbo (circuito de Pescara), ambas como volante titular de Alfa Romeo. El inicio del conflicto bélico terminará con las ilusiones de miles de deportistas, la suspensión de las carreras internacionales y el concepto de lo que, hasta entonces, era considerado como una actividad hermanada en la conjunción hombre-máquina. Finalizada la guerra, Biondetti vuelve a la Alfa Romeo (ver imagen) y en 1947 se adjudica su segunda “Mil Millas”, en compañía de Emilio Romano, sobre el bonito Alfa Romeo 8C 2900-B Berlinetta Touring, un armatoste de 1.150 kilos (a pesar de contar con una carrocería de aluminio), 8 cilindros en línea en un motor de 2.9 litros que arrojaban 225 CV a 5.200 r.p.m. La prueba (1.827 km.) se desarrolló bajo una lluvia intensa pero Biondetti cubría la distancia en 16 horas 16’39” soslayando a los tres Cisitalias 202 SMM 1100 oficiales, máquinas que se clasificaban a continuación (tomaron la salida 155 equipos y arribaron a Brescia un total de 54 vehículos). Al año siguiente, Biondetti es contratado por Ferrari y volverá a ganar las “Mil Millas” (1948 y 1949) sobre los modelos 166 Sport. Como colofón, el prestigioso volante italiano le concederá a Ferrari dos victorias en la Targa Florio (1948 y 1949)… Clemente Biondetti perteneció a una casta de pilotos veteranos, desencantados, que sufrieron las consecuencias de un conflicto armado que apagaron sus inquietudes de juventud.
Texto información Antonio De Leon Evora