Una casta de pilotos que todavía estaban apegados a la alcurnia, caballerosidad y talante deportivo dentro y fuera de las pistas… Es el italiano Camiglo Luglio antes del inicio del XIV Gran Premio de Roma (1956) que se disputaba en el circuito de Catelfusano (red de carreteras comarcales que totalizaban 6,5 km.). Patrocinado por su mujer, Cornelia Vassali (su coplloto en otras pruebas de carretera como el Tour Auto), Luglio dispone de un Ferrari 250-GT Coupé Corsa que es el segundo carrozado por Zagato siguiendo las indicaciones de su propietario. En las entrañas de la máquina, un motor V12 de 3.0 litros, alimentado por tres Weber dobles. con 250 CV y 1.050 kilos. El italiano pertenece a la pléyade de los (numerosos, entonces) conductores-privados, exigentes y minuciosos, afines a Ferrari. En el Gran Premio de Roma no lo haría nada mal: 8º de la General y 2º en Gran Turismos (+ 2.000 c.c.) detrás de un tal Alfonso de Portago (Ferrari 250-GT). En la imagen, posiblemente coloreada, Luglio posa con su berlina grisácea (original) antes de lucir nuevas pinturas (apócrifas) a gusto de los sucesivos propietarios.
Dos clásicos codiciados en su estado puro antes del inicio de los 1.000 Kilómetros de Nürburgring (1957). Equipos privados pero con asistencia técnico-deportiva en la competición de resistencia alemana. Son los Porsche 356-A Carrera GT 1.5 (110 CV/885 kilos) de Paul Ernst Strähle-Paul Denk (Nº 59; WN V 1) y Hans Georg Plant-Helmut Zick (Nº 58; WN V 2). Strähle-Denk se clasificaban 24º de la General (5º en GT y 1º Clase 1.600) mientras que Plant-Zick serían 28º de la General (9º en GT y 5º Clase 1.600). El pedigrí de estas máquinas en los Festivales de Clásicos/Deportivos (especialmente la unidad que condujo Strähle) apabullan a los entusiastas dados los acrisolados palmarés conseguidos, incluso en la modalidad de los rallyes.
La experiencia es un grado.
En 1965 ambos pilotos militan en la misma disciplina (monoplazas) pero en categorías diferentes aunque con un denominador común, los Brabham. En el habitáculo, Kurt Ahrens (Fórmula 3) -las viseras apantalladas de moda entonces-se deja asesorar por Jochen Rindt que entonces corría en Fórmula 2 sobre los Brabham-Cosworth BT-16 SCA del “Roy Winkelmann Racing”. Es el IV Gran Premio de Viena de Fórmula 3 (1965), a disputar en el trazado de “Aspern” (25 vueltas), y Kurt Ahrens, patrocinado por el todopoderoso “Österreichhischer Automobil Sport Club” austríaco, dispone del Brabham-Ford BT-10 con el que hará añicos cualquier conato de oposición. Se adjudicará la victoria (32’21”17) sobre el artesanal Melkus-Wartburg del alemán (del Este, entonces) Heinz Melkus (32’36”16) y del Brabham-Ford BT-9 de Hans-Dieter Dechent (32’37”46)
El gallego Estanislao Reverter tenía entonces 38 años. En la imagen, antes del inicio de la primera carrera de la matinal en el circuito madrileño de “El Jarama” (1968), prueba que inauguraba la temporada de otoño con el “Trofeo Coca-Cola” (también denominado “Trofeo 8 de Septiembre”), confrontación organizada por ODACISA y valedera para el Campeonato de España de Velocidad. En su “manga” se congregan los Grupos 1 (Turismos de Serie: el BMW 1600 de Jaime Mesía, algunos R8 Gordini y un sinfín de Seat 850-Coupé) y los Grupos 2 (Turismos), escalafón en donde se alinean los vehículos favoritos. Reverter cuenta con un Alfa Romeo GTA 1.6 alquilado al equipo italiano “Jolly Club” (160 CV/750 kilos) y será siempre el más rápido en pista. En los entrenamientos oficiales registrará 1’57”9 por delante de Jorge de Bagration (Lancia Fulvia HF 1.3; 1’59”2) y los portugueses Francisco Santos (Ford Escort 1600 Twin Cam; 2’00”7), Joao M. Salema (Morris Cooper S 1300; 2’03”8) y Jose Paiva (Morris Cooper S 1300; 2’06”9)… En la carrera oficial, tras mantener a raya las embestidas de Bagration y Santos, el gallego se cruzaba en la pista y colisionaba levemente contra el guarda-rail. Entra en “boxes” y se incorpora rápidamente a la carrera para finalizar 3º de la “manga” (73.594 m. recorridos) por detrás de Bagration (75.542 m.) y Paiva (74.234 m.) desplazando a sus predecesores, José Manuel Lencina (Austin Cooper S 1300; 70.643 m.), José Calviño (Morris Cooper S 1300; 69.488 m.)… Pese al incidente, volverá a ser el más rápido en carrera (1’57”5) por delante de Bagration (1’59”8), Paiva (2’01”5)… Bonita época en “El Jarama” con una carrera seguida por 60.000 espectadores (impávidos bajo las adversas condiciones meteorológicas) que habían abonado en taquilla 25 pesetas (zona de “pelousses”) o 75 pesetas (tribuna principal).
El belga Jacky Ickx (a la derecha de la imagen, con las manos en los bolsillos de su anorak oscuro) es un pipiolo de 21 años que contempla absorto su -aparentemente inofensivo- BMW 2000-TI oficial antes del inicio de las 24 Horas de Spa-Francorchamps (1966), prueba puntuable para el Campeonato de Europa. Su padre, Jacques, un periodista especializado del motor que se proclamó Campeón Nacional de Motocross de Bélgica (1939), encauzó su ferviente pasión por el deporte mientras que su hermano Pascal, asimismo periodista y comentarista especializado de la TV belga, se había adjudicado las 24 Horas de Spa el año anterior (1965), sobre un BMW 1800 TISA (165 CV/1.005 kilos), formando equipo con Gérard Langlois van Ophem. Como podrán suponer, el joven Ickx tiene un reto en Spa ante tantos padrinos honorables y la confianza de BMW (los padrinos han allanado las negociaciones) de cederle uno de sus nuevos 2000-TI de Grupo 2 (doble carburación Weber para animar un motor de 2.0 litros, caja Getrag de 5 relaciones para dosificar los 185 CV/7.000 vueltas y 1.060 kilos). Su compañero será Hubert Hahne, un veterano y astuto piloto (futuro preparador) especializado en la modalidad mientras que la segunda unidad oficial será confiada a Dieter Glemser-Willy Mairesse (se retirarán por problemas de temperatura). A BMW le bastan dos coches oficiales para hacer frente, entre otros, a los 5 Alfa Romeo GTA 1.6 Autodelta (170 CV/760 kilos) o los 3 Ford Mustang V8/4.7… Ickx-Hahne (1º en los entrenamientos oficiales) dominaban la carrera y conseguían la victoria absoluta. Un nuevo y relevante Ickx, de la saga familiar belga, desataba el delirio entre sus seguidores.