Hébert-Renault

“L’Étoile Filante” (“La Estrella Fugaz”)

En 1953, en plena fiebre de la elaboración de vehículos caza-récords, tres integrantes del departamento de investigación de la Renault, Fernand Piccard (jefe de proyectos experimentales), Alfred Lory (supervisor de motores experimentales) y Jean Hëbert (en la imagen; ingeniero y diseñador aeronáutico ), construyeron -y experimentaron en el túnel de viento de la firma francesa- un prototipo denominado Hébert-Renault al que popularmente se le reconocería como “L’Étoile Filante” (“La Estrella Fugaz”). Bajo la supervisión de Joseph Szyolowski, director de la empresa TURBOMECA especializada en la construcción de motores propulsados por turbinas de gas (aplicados experimentalmente en los helicópteros franceses Alouette), el Hébert-Renault adapta una turbina de gas “Turmo” alojada en un chasis tubular revestido de poliéster. Usando queroseno como combustible, el engendro mecánico desarrolla 270 CV/28.000 rpm para un peso total de 950 kilos. En la imagen, momento de la presentación (1956) del prototipo en las pistas del circuito parisino de Montlhéry conducido por su creador, Jean Hébert, antes de su traslado a Estados Unidos. El 5 de septiembre de 1956, Hébert establecía en las pistas saladas de Bonneville (Utah, USA) un nuevo récord mundial: velocidad media (307,4 km/h.; velocidad máxima sobre la distancia de 1 km: 306,9 km/h y velocidad máxima sobre la distancia de 5,0 km.: 308,65 km/h.) Como siempre ocurre con estos cacharros mecánicos su adaptación al automóvil convencional fue estéril: problemas térmicos en la estructura e ineficacia del sistema de frenos en el instante de apaciguar a la bestia.

Texto información Antonio De Leon Evora

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Lola-Chevy T-162


La empresa americana SIMONIZ USA, especializada en la elaboración de productos para la limpieza y ornato del automóvil, estuvo muy ligada a la firma Lola. En la imagen, correspondiente al Campeonato CAN-AM (Canadian-American) de 1969, observamos al Lola-Chevy T-162 (o, por motivos publicitarios, Simoniz Special) del estadounidense Chuck Parsons durante la disputa de la primera prueba del certamen (11 carreras puntuables) celebrada en el circuito canadiense de Mosport (80 vueltas a un trazado de 3.959 metros), el mítico y bucólico escenario de Mosport. Bajo los colores del “Carl A. Haas Racing Team” y “Simoniz” (anaranjados, como los McLaren), Chuck Parsons dispondrá del viejo T-162 (motor Chevrolet V8 de 7.0 litros, 780 CV y 660 kilos) en las dos primeras pruebas del Campeonato (Mosport -en la fotografía- y Mont Tremblant) para sustituirlo por el T-163 (ahora con un cubicaje de 8.0 litros, 850 CV y 645 kilos) a partir de la tercera cita, Watkins Gleen. Dos robustos prototipos de Grupo 7 que llegaron en algunos momentos a cosquillear a los intratables McLaren-Chevy M8B, sólo leves cosquilleos sin más… En Mosport (“Labbat’s Blue Trophy”), Parsons finalizaba 5º de la General…a cuatro vueltas de los McLaren oficiales de Bruce McLaren (1º) y Denny Hulme (2º). Sin embargo, fruto de la regularidad, conseguía el 3º puesto absoluto de la Can-Am para mayor gloria del proyectista de Lola, el inefable Carl Haas.

Texto información Antonio De Leon Evora.