El belga Jacky Ickx (a la derecha de la imagen, con las manos en los bolsillos de su anorak oscuro) es un pipiolo de 21 años que contempla absorto su -aparentemente inofensivo- BMW 2000-TI oficial antes del inicio de las 24 Horas de Spa-Francorchamps (1966), prueba puntuable para el Campeonato de Europa. Su padre, Jacques, un periodista especializado del motor que se proclamó Campeón Nacional de Motocross de Bélgica (1939), encauzó su ferviente pasión por el deporte mientras que su hermano Pascal, asimismo periodista y comentarista especializado de la TV belga, se había adjudicado las 24 Horas de Spa el año anterior (1965), sobre un BMW 1800 TISA (165 CV/1.005 kilos), formando equipo con Gérard Langlois van Ophem. Como podrán suponer, el joven Ickx tiene un reto en Spa ante tantos padrinos honorables y la confianza de BMW (los padrinos han allanado las negociaciones) de cederle uno de sus nuevos 2000-TI de Grupo 2 (doble carburación Weber para animar un motor de 2.0 litros, caja Getrag de 5 relaciones para dosificar los 185 CV/7.000 vueltas y 1.060 kilos). Su compañero será Hubert Hahne, un veterano y astuto piloto (futuro preparador) especializado en la modalidad mientras que la segunda unidad oficial será confiada a Dieter Glemser-Willy Mairesse (se retirarán por problemas de temperatura). A BMW le bastan dos coches oficiales para hacer frente, entre otros, a los 5 Alfa Romeo GTA 1.6 Autodelta (170 CV/760 kilos) o los 3 Ford Mustang V8/4.7… Ickx-Hahne (1º en los entrenamientos oficiales) dominaban la carrera y conseguían la victoria absoluta. Un nuevo y relevante Ickx, de la saga familiar belga, desataba el delirio entre sus seguidores.
Acelerar a fondo y olvidarse de los frenos… El francés René Trautmann fue un piloto especializado en rallyes que detentó una innata capacidad para improvisar (y mantener intactos a sus vehículos) sobre los estilizados “tiburones” Citroën DS oficiales (azul celeste y beige). Ponía ardor en la competición, peleaba y gesticulaba con el volante y, en la mayoría de las ocasiones, sacaba la cabeza por la ventanilla para cerciorarse del límite de la carretera. Como podrán imaginar, con semejantes neumáticos-canillas y potencias que rondaban los 90 CV, Trautmann desplegaba todo su talento (instinto) para acorralar a sus adversarios. Como lo protagonizado en el VIII Tour de Córcega (1963) -1.311 km., con salida y llegada en Ajaccio, complementados por 251 km. de velocidad-, prueba valedera para el Campeonato de Francia en la que únicamente se clasificaban 19 equipos de los 73 que tomaron la partida. Trautmann, copilotado por Alexis Chabert (en la imagen), se adjudicaban el rallye tras desplegar una exquisita regularidad en los tramos kilométricos. Únicamente se adjudicaba un tramo de velocidad (“Kamiesh-Bavella”, 29,8 km.) ante la agresividad (potencia) del Ford AC Cobra (310 CV) de Jo Schlesser-Patrick Vanson, finalmente 2º de la General y el ganador del resto de los tramos de velocidad aunque siempre talonado por un Trautmann en estado de gracia que supo amortiguar sus andanadas. Son 3º Henry “Titi” Greder-Jacques Greder sobre otra mecánica apabullante, un Ford Falcon V8 de 280 CV, con la que darían cuenta (esta vez, sí) al Citroën DS-19 de Guy Verrier-Johnny Rives.
El Campeonato de España de Velocidad (1970) estuvo conformado por la clasificación conjunta de 11 pruebas disputadas en la modalidad de Montaña más 12 en Circuitos, con un Campeón Absoluto (Jorge de Bagration) complementado por los Campeones en Turismos (Jorge Bäbler-BMW 2002 Alpina en Grupo 2)… En la imagen, en todo su esplendor, Juan Fernández (Escudería Montjuich-Tergal) inicia la partida de la VII Subida del Puig Major (Mallorca, 1970; 8,0 km.) por delante de su rival Jorge de Bagration (Escudería Nacional Calvo Sotelo), ambos sobre Porsche 908/02. En la clásica rampa mallorquina, puntuable para el Nacional de Velocidad y que contó en varias ediciones con participación canaria, Fernández se imponía a Bagration por 11 centésimas de diferencia. Para el sabadellense, el “águila del Puig Major”, será su cuarta victoria absoluta…pero se adjudicará la cuesta en seis ocasiones más pulverizando sus propios récords absolutos. Tras los 908/02 se situarán los BMW 2002 Alpina (Grupo 2) de José Manuel Lencina-Escudería Repsol (4’48”16) y Jorge Bäbler-Escudería Montjuich/Tergal (4’53”53), ambos talonados por el incisivo Alpine 1600-S de Jorge Plá (4’55”54). A continuación lo harán Luis Bay (Porsche 911-S; 5’03”53), Luis Rosal (Alpine 1440; 5’05”57), Francisco Josa (Fórmula Selex-Seat 1430-FN; 5’11”28), Ramón Serra (Porsche 911-S; 5’15”83), José Mª Clot (Renault R-8 TS 1440; 5’26”92)
El francés Jean-Jacques Julien (65 años) es un apasionado de las antiguas mecánicas Citroën a través del equipo “Daunat Classique” (cuentan con varias unidades DS, SM…). En la imagen, Julien, copilotado por Benoît Juif, compiten en el IV Rallye Internacional Histórico de Marruecos (2013) sobre un Citroën DS Proto de Grupo 5 (chasis corto, 180 CV). Los organizadores franceses no se coartan por la edad de los contendientes ni por la resistencia mecánicas de las venerables máquinas alineadas: una singladura por pistas de tierra (Agadir-Marrakesh, 445 km.) salpicados por 21 tramos de clasificación. Tomarán la salida 75 equipos de los que se clasificarán 56, correspondiéndoles a Julien-Juif un excelente 24º de la General. Ni que decir tiene que el animoso Julien se lo pasó como gato panza arriba sorteando los arenales marroquíes ayudado por la legendaria suspensión de aquellos míticos Citroën pato…
El piloto tinerfeño Robert Spencer, en sus años mozos y mucho antes de incorporarse al departamento técnico de la Rootes británica, mantuvo una estrecha amistad con el prestigioso conductor holandés Maurice “Maus” Gatsonides (1911-1998; a la derecha de la imagen). En varias ocasiones le asistió como cronometrador particular en rallyes europeos, especialmente cuando “Maus” compitió en el departamento deportivo -aún incipiente- del Grupo Rootes. Spencer, en las tertulias que mantiene en su domicilio del Puerto de la Cruz (Tenerife), muestra a sus invitados una exhaustiva información gráfica de las andanzas deportivas (y de aprendizaje) que mantuvo con el equipo del ilustre holandés. En la imagen, con tintes kafkianos, apreciamos a Gatsonides, en compañía de su copiloto Peter Worledge, minutos antes de iniciar el XXIII Rallye de Montecarlo (1953). Tenían por delante 3.300 km. de singladura en una edición que se caracterizó por la ausencia de nieve, al menos por la cantidad acumulada con respecto a ediciones pasadas. Lo que animaría a una participación récord: 440 equipos inscritos, 404 salidos y 346 clasificados. Una barbaridad… Lo de kafkiano nos remite al voluminoso (e imposible, para algunos) vehículo con el que Gatsonides se adjudicaba el Rallye de Montecarlo: un mastodóntico Ford Zéphyr MK.1 Saloon con porte señorial. La máquina cuenta con un motor de 2.3 litros y 6 cilindros, apenas superan los 75 CV y arrojan 1.150 kilos. Gatsonides y Worledge ponían el resto: mucho ardor en la conducción con un ojo clínico en los cronómetros, especialmente en una época en que los controles horarios y la regularidad pura era casi demencial y obsesiva,