En 1976 el Campeonato del Mundo de Marcas languidecía. Los organizadores se agarraron a una clausula de la FIA que permitía hacer correr a diferentes Turismos (Ford Escort RS, Toyota Celica GT), Gran Turismos (Porsche Carrera RSR, Porsche 934) o prototipos locales (MGB GT V8) con los sofisticados Grupos 5 y Sport. Un batiburrillo de zoco oriental que se perpetuó durante varias temporadas.
En la imagen, las 6 Horas de Silverstone (Gran Bretaña, 1976), tercera prueba valedera para el mundial de la modalidad. El imponente Chevrolet Camaro Z-28 (Nº 22) del “ZIP-UP Racing Team” (motor V8 de 5.9 litros y casi 400 CV para 1.450 kilos), encomendado a Reine Wisell-Stuart Graham, rebasa por enésima vez a uno de los Turismos de relleno: un Ford Escort RS 2.0 (propulsor Cosworth BDG de 240 CV/850 kilos) conducido por los ingleses Tony Brennan-Arthur Collier, binomio que no cuentan con patrocinador oficial. Sin embargo, tras seis horas de competición al desgaste, los británicos finalizaban 9º de la General (1º en Turismos) mientras que la horrísona máquina americana se retiraba en la vuelta 64 prácticamente sin sistema de frenado.
Habitáculo en rojas ensoñaciones…
Cuentan las crónicas que más de 250.000 espectadores presenciaron la 49º Targa Florio (Sicilia, 1965), prueba puntuable para el Campeonato del Mundo que organizaba el Automóvil Club de Palermo sobre una distancia de 720 kilómetros (10 vueltas a un trazado de 72,0 km. por carreteras comarcales).
El departamento deportivo de Ferrari SEFAC alineó, entre otros modelos, tres biplazas 275 P2 (motores V12 de 3.3 litros, seis carburadores dobles Weber, 350 CV y 880 kilos) para sus unidades más señeras y competitivas: el milanés Giancarlo Baghetti (1934-1995) -en la imagen, y que formó equipo con el francés Jean Guichet- (abandonaban en la vuelta sexta por problemas eléctricos), Ludovico Scarfiotti-Mike Parkes (se retiraban en la 2ª vuelta por accidente al detentar el P2 una acusada inestabilidad) y, afortunadamente, una tercera “barchetta” confiada a los ídolos locales, Nino Vaccarella-Lorenzo Bandini, vencedores absolutos de una confrontación que desataría la catarsis entre los miles de tiffosis italianos amamantados en aquellos años por rojas ensoñaciones.
Rancheras, corridos o huapangos son interpretadas por un grupo de mariachis en honor de los hermanos mejicanos Rodríguez, Ricardo (izda.; 1942-1960) y Pedro (1940-1971). Resguardados por las gélidas temperaturas, acaban de adjudicarse la IV edición de los 1.000 Kilómetros de Paris (“Montlhéry”, 1961) sobre un Ferrari 250-GT SWB del equipo americano “North American Racing Team” (NART). Culminaríanla prueba parisina (129 vueltas) en 6 horas, 32’15”200 por delante de Willy Mairesse-Lucien Bianchi (“Ecurie Francorchamps”, 6 horas, 32’46”700) y -a una vuelta menos- Maurice Trintignant-Nino Vaccarella (“Scudería Serenissima di Venezia”), ambos equipos (también) sobre unidades 250-GT SWB. Nada menos que 14 vehículos Ferrari 250-GT SWB se inscribían en Montlhéry, clasificándose 10 de ellos entre las doce primeras posiciones de la General Scratch… Son “berlinettas” robustas (motores V12 de 3.0 litros con 280 CV y 1.160 kilos), fiables y merecedoras de un corrido mejicano.
Una casta de pilotos que todavía estaban apegados a la alcurnia, caballerosidad y talante deportivo dentro y fuera de las pistas… Es el italiano Camiglo Luglio antes del inicio del XIV Gran Premio de Roma (1956) que se disputaba en el circuito de Catelfusano (red de carreteras comarcales que totalizaban 6,5 km.). Patrocinado por su mujer, Cornelia Vassali (su coplloto en otras pruebas de carretera como el Tour Auto), Luglio dispone de un Ferrari 250-GT Coupé Corsa que es el segundo carrozado por Zagato siguiendo las indicaciones de su propietario. En las entrañas de la máquina, un motor V12 de 3.0 litros, alimentado por tres Weber dobles. con 250 CV y 1.050 kilos. El italiano pertenece a la pléyade de los (numerosos, entonces) conductores-privados, exigentes y minuciosos, afines a Ferrari. En el Gran Premio de Roma no lo haría nada mal: 8º de la General y 2º en Gran Turismos (+ 2.000 c.c.) detrás de un tal Alfonso de Portago (Ferrari 250-GT). En la imagen, posiblemente coloreada, Luglio posa con su berlina grisácea (original) antes de lucir nuevas pinturas (apócrifas) a gusto de los sucesivos propietarios.
Dos clásicos codiciados en su estado puro antes del inicio de los 1.000 Kilómetros de Nürburgring (1957). Equipos privados pero con asistencia técnico-deportiva en la competición de resistencia alemana. Son los Porsche 356-A Carrera GT 1.5 (110 CV/885 kilos) de Paul Ernst Strähle-Paul Denk (Nº 59; WN V 1) y Hans Georg Plant-Helmut Zick (Nº 58; WN V 2). Strähle-Denk se clasificaban 24º de la General (5º en GT y 1º Clase 1.600) mientras que Plant-Zick serían 28º de la General (9º en GT y 5º Clase 1.600). El pedigrí de estas máquinas en los Festivales de Clásicos/Deportivos (especialmente la unidad que condujo Strähle) apabullan a los entusiastas dados los acrisolados palmarés conseguidos, incluso en la modalidad de los rallyes.